El Secreto para Iniciar Kendo Sin Dejarte un Ojo de la Cara

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검도 입문을 위한 예산 - A focused young Kendo practitioner, approximately 16 years old, standing respectfully in a tradition...

¡Hola, apasionados del espíritu samurái y la disciplina! ¿Alguna vez han sentido esa curiosidad punzante sobre el Kendo, pero el miedo al “cuánto me costará” los ha frenado un poco?

¡No son los únicos! Es una de las preguntas más frecuentes que recibo, y créanme, entiendo perfectamente esa preocupación. Al principio, yo mismo me preguntaba si mi bolsillo podría con ello, y la verdad es que equiparse para una disciplina tan noble puede parecer una inversión considerable.

Sin embargo, lo que he descubierto con el tiempo es que, con la información adecuada y algunos trucos bajo la manga, iniciar este hermoso camino es mucho más accesible de lo que imaginamos.

Con la creciente ola de interés en el bienestar y las artes marciales, el Kendo ha ganado muchos adeptos, lo que a su vez ha generado más opciones para todos los presupuestos.

Así que, si tu sueño es empuñar un shinai y sentir la adrenalina de un *keiko*, no dejes que el dinero sea un obstáculo. ¡Vamos a descubrirlo con exactitud!

Descubriendo el equipo esencial: ¿Qué necesitamos realmente?

검도 입문을 위한 예산 - A focused young Kendo practitioner, approximately 16 years old, standing respectfully in a tradition...

Cuando uno se adentra por primera vez en el fascinante mundo del Kendo, es natural sentirse un poco abrumado por la cantidad de equipo que parece requerirse.

Yo mismo, en mis inicios, miraba las fotos de los *sensei* y los practicantes avanzados con sus impresionantes armaduras y pensaba: “¡Uf, esto va a ser una ruina!”.

Pero la realidad es mucho más sencilla y, lo que es mejor, progresiva. No necesitas todo el equipamiento desde el día uno. De hecho, la mayoría de los dojos permiten a los principiantes empezar con lo más básico, que es el *shinai* (la espada de bambú) y el *keikogi* (la chaqueta de Kendo) junto con el *hakama* (el pantalón ancho).

Esto te da tiempo para familiarizarte con los movimientos, la etiqueta y la filosofía del arte marcial antes de hacer una inversión mayor. Recuerdo con cariño mis primeras clases, sintiendo el peso del shinai en mis manos, una experiencia que, de haber esperado a tener todo el equipo, quizás habría pospuesto demasiado.

La paciencia es una virtud, no solo en el Kendo, sino también en la gestión de tu presupuesto para él. Además, muchos dojos ofrecen *shinais* de préstamo para las primeras sesiones, lo que te permite probar sin compromiso.

Es un detalle que valoro muchísimo, porque te quita esa presión inicial y te deja concentrarte en lo importante: aprender y disfrutar. Al final, lo que verdaderamente cuenta es tu compromiso y tu deseo de aprender, más allá de la brillantez de tu equipo.

El primer contacto: Shinai y uniforme básico

Lo primero que necesitarás es, sin duda, un *shinai*. Es tu herramienta principal, tu extensión en el *dojo*. Puedes encontrar *shinais* de buena calidad para principiantes por unos 30 a 60 euros.

No te recomiendo ir por el más barato, pero tampoco necesitas el más caro; busca uno equilibrado y resistente. En cuanto al uniforme, el *keikogi* y el *hakama*, son esenciales para sentirte parte del grupo y moverte con libertad.

Un set básico puede costar entre 80 y 150 euros. Mi consejo es que pruebes varias tallas y, si puedes, distintas marcas, porque la comodidad es clave.

Un uniforme que te apriete o te quede demasiado grande puede distraerte durante el *keiko*.

Calzado y otros imprescindibles del inicio

Para empezar, el calzado no es un gran problema, ya que el Kendo se practica descalzo sobre el *tatami*. Sin embargo, es buena idea tener unas chanclas o sandalias para ir y venir del vestuario al *dojo*.

Más allá de eso, una toalla, una botella de agua y, sobre todo, una mente abierta y dispuesta a aprender, son tus mejores aliados en las primeras semanas.

Son detalles menores en el presupuesto, pero importantes para tu comodidad e higiene. No subestimes el poder de una buena hidratación, ¡las sesiones pueden ser intensas!

La primera inversión: Uniforme y shinai, ¿dónde empezar?

Cuando decidí dar el salto y comprar mi primer uniforme completo, sentí una mezcla de emoción y nerviosismo. Era el paso definitivo que me decía: “¡Vas en serio con esto!”.

Y es que, aunque al principio puedes usar ropa deportiva cómoda, la sensación de vestir el *keikogi* y el *hakama* por primera vez es mágica. Te imbuye de una seriedad y un respeto por la disciplina que la ropa de calle simplemente no puede ofrecer.

Recuerdo que estuve investigando bastante, comparando precios en tiendas online especializadas y preguntando a mis *senpai* (compañeros más avanzados) sobre sus experiencias.

Algunos me recomendaron marcas más tradicionales, otros me hablaron de la durabilidad. Al final, me decanté por un conjunto de gama media que me ofrecía buen equilibrio entre calidad y precio, y la verdad, no me arrepiento.

Me duró muchísimo y me acompañó en innumerables *keikos*. Un buen uniforme no solo es estético, sino que está diseñado para soportar el rigor del entrenamiento, permitir la libertad de movimiento y absorber el sudor de manera eficiente.

No es un capricho, es una herramienta más. Mi experiencia me dice que invertir en un buen *shinai* también es fundamental. Un *shinai* de baja calidad puede romperse con facilidad o no ofrecer la sensación adecuada al golpear, lo que puede ser frustrante para un principiante.

Shinai para el principiante: Calidad y precio justo

Como ya mencioné, un *shinai* decente para empezar te costará entre 30 y 60 euros. No te dejes llevar por los diseños más elaborados al principio. Lo importante es que sea del tamaño correcto para tu estatura y que tenga un buen balance.

Pregunta en tu dojo, a menudo tienen proveedores de confianza o incluso venden *shinais* directamente. Yo siempre he preferido comprarlos en tiendas especializadas en artes marciales japonesas, ya que la calidad suele estar garantizada y el personal sabe aconsejarte bien.

El valor del keikogi y hakama: Comodidad y respeto

Un conjunto de *keikogi* y *hakama* para principiantes puede oscilar entre los 80 y los 150 euros. Los hay de diferentes materiales, desde el algodón más básico hasta mezclas con poliéster para mayor durabilidad y menor mantenimiento.

Personalmente, soy fan del algodón por su transpirabilidad, aunque requiera un poco más de cuidado en el lavado. El *hakama* es una prenda preciosa, pero su plegado puede ser un arte en sí mismo.

Te recomiendo que busques tutoriales en línea o pidas a alguien en tu dojo que te enseñe a doblarlo correctamente para evitar que se arrugue y se desgaste innecesariamente.

Es una muestra de respeto por tu equipo y por la tradición.

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Protegiéndote en el tatami: El bogu, un paso importante

El *bogu*, la armadura protectora del Kendo, es la inversión más significativa que harás en este camino. Recuerdo cuando llegó el momento de adquirirlo.

Fue como un rito de paso, el momento en que realmente te sientes un “kendoka” completo. Pero también es la parte que más dudas genera en cuanto al coste.

Es una pieza de ingeniería compleja, diseñada para absorber impactos y proteger puntos vitales, por lo que su precio es considerable. Mi primer *bogu* lo compré de segunda mano, ¡y fue una excelente decisión!

Muchos *kendokas* avanzados venden sus armaduras cuando se actualizan a un modelo superior o simplemente dejan de practicar. Esto puede ser una oportunidad de oro para conseguir un *bogu* de buena calidad a una fracción del precio.

Eso sí, asegúrate de que esté en buen estado y, si puedes, pruébatelo antes. Un *bogu* que no te quede bien puede ser incómodo y, lo que es peor, no ofrecer la protección adecuada.

Me llevó un tiempo ajustarlo perfectamente a mi cuerpo, pero una vez que lo hice, la confianza que me brindaba era incomparable. Sentir el *shinai* del oponente golpear tu *men* (casco) y saber que estás protegido es una sensación única que te permite concentrarte plenamente en el *keiko*.

Componentes del bogu: Men, Kote, Do, Tare

El *bogu* se compone de cuatro partes principales: el *men* (casco que protege cabeza, garganta y hombros), los *kote* (guantes que protegen manos y antebrazos), el *do* (peto que protege el tronco) y el *tare* (protector de la cintura y la ingle).

Un *bogu* completo para principiantes suele oscilar entre los 300 y los 800 euros, dependiendo de la calidad de los materiales, la construcción y la marca.

Los *bogu* de gama alta, con cosidos a mano y materiales premium, pueden superar los 1500 euros, pero eso es para profesionales. Para empezar, un *bogu* con costuras a máquina y materiales sintéticos o mezcla de algodón es más que suficiente.

Dónde comprar tu bogu: Opciones y consideraciones

Las tiendas especializadas online son una buena opción, ya que ofrecen una gran variedad y a menudo precios competitivos. Sin embargo, si tienes la oportunidad, visita una tienda física o pide consejo en tu dojo.

Probarse el *men* es crucial para asegurar un ajuste correcto. Algunos dojos también tienen programas de *bogu* de préstamo o alquiler por un período, lo cual es fantástico para estirar tu presupuesto y asegurarte de que el Kendo es lo tuyo antes de hacer la gran inversión.

La experiencia de la comunidad es invaluable aquí.

Más allá del equipamiento: Cuotas de dojo y federación

Más allá de la inversión inicial en el equipo, hay gastos recurrentes que son fundamentales para tu práctica del Kendo. Las cuotas del *dojo* y las de la federación son un aspecto ineludible, pero que a menudo los principiantes pasan por alto al calcular su presupuesto.

Cuando comencé, solo pensaba en la espada y el uniforme, y tardé un poco en darme cuenta de que el entrenamiento constante en un ambiente adecuado, bajo la guía de un buen *sensei*, es tan o más importante que el equipo.

Y eso tiene un coste. Recuerdo que en mi primer *dojo*, las cuotas eran muy razonables, lo que me permitió mantener mi práctica sin preocupaciones. Sin embargo, al mudarme de ciudad, tuve que buscar un nuevo *dojo* y me di cuenta de la variabilidad en los precios, que pueden depender de la ubicación, la reputación del *sensei* y la infraestructura del lugar.

Es vital que, al investigar dojos, preguntes no solo por las cuotas mensuales, sino también por cualquier otra tarifa oculta o inscripciones anuales. Un buen *dojo* no solo te enseña técnicas, sino que te brinda una comunidad, un espacio seguro para crecer y un apoyo invaluable en tu camino como *kendoka*.

Es una inversión en tu desarrollo personal y marcial que vale cada céntimo.

Cuotas de dojo: El coste de la enseñanza y el espacio

Las cuotas mensuales de un *dojo* pueden variar considerablemente. En España, por ejemplo, puedes encontrar *dojos* con tarifas que van desde los 30 euros hasta los 80 euros o más al mes, dependiendo de la ciudad y el prestigio del lugar.

Algunos ofrecen descuentos si pagas trimestral o anualmente, o si eres estudiante. Es importante preguntar qué incluyen estas cuotas: ¿acceso a todas las clases?

¿seguro? ¿algún equipamiento de préstamo? En mi opinión, un buen *dojo* es una joya, y si encuentras uno con un *sensei* dedicado y un ambiente positivo, la cuota es una inversión que merece la pena.

Federación y licencias: La oficialidad de tu práctica

Para poder participar en exámenes de grado (*dan*), campeonatos o seminarios oficiales, es imprescindible estar federado. Esto implica pagar una cuota anual a la federación de Kendo de tu país o región.

En España, por ejemplo, esta cuota suele rondar los 30-60 euros anuales, y también incluye un seguro deportivo obligatorio. Aunque no parezca mucho, es un gasto a tener en cuenta y que demuestra tu compromiso con la práctica oficial del Kendo.

Si estás pensando en competir o avanzar en los grados, este es un paso necesario.

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Accesorios y mantenimiento: Pequeños gastos que suman

Una vez que tienes el equipo principal y estás pagando tus cuotas, es fácil pensar que ya está todo cubierto. Pero, como en cualquier afición o deporte, el Kendo tiene sus pequeños extras, esos accesorios y costes de mantenimiento que, aunque individuales no son un gran desembolso, sumados a lo largo del año pueden sorprendernos.

Recuerdo la primera vez que mi *shinai* se astilló después de un *keiko* particularmente intenso. Pensé: “¡Vaya, otro *shinai* nuevo!” Pero mi *sensei* me enseñó a desmontarlo y a lijar las astillas, explicándome la importancia del mantenimiento regular.

Fue una lección de humildad y de economía. Mantener tu equipo en buen estado no solo prolonga su vida útil, sino que también es una cuestión de seguridad.

Un *shinai* mal mantenido puede causar lesiones, y un *bogu* descuidado puede no proteger adecuadamente. Además, existen esos pequeños detalles que, aunque no son obligatorios, mejoran mucho tu experiencia.

Un buen *bokken* (espada de madera para *kata*), por ejemplo, puede ser un complemento maravilloso para practicar los movimientos básicos y los *kata* fuera del *dojo*, sin necesidad de un compañero.

¡Y ni hablar de la ropa interior técnica para debajo del *bogu*! Hace una gran diferencia en la comodidad y la higiene durante las sesiones más sudorosas.

Mantenimiento del shinai y otros materiales

Los *shinais* necesitan mantenimiento. Las varillas de bambú se astillan y se rompen, y las piezas de cuero (*tsukagawa*, *sakigawa*, *nakayui*) se desgastan.

Comprar repuestos es mucho más económico que un *shinai* nuevo. Un set de repuestos (cuero y cordones) puede costar entre 10 y 20 euros, y varillas sueltas, unos 5-10 euros.

También es útil tener una lija fina para alisar las astillas del bambú. Otro accesorio fundamental es la *tenugui*, una pequeña toalla de algodón que se usa debajo del *men*.

Cuesta unos 5-15 euros y es esencial para absorber el sudor y proteger la frente. Yo tengo varias, ¡son un salvavidas en verano!

Accesorios para la comodidad y el entrenamiento

검도 입문을 위한 예산 - Two Kendo practitioners, mid-20s, intensely engaged in a keiko (sparring session) within a well-lit ...

Otros accesorios que podrías considerar son un *bokken* (espada de madera para practicar *kata* fuera del dojo, unos 20-50 euros) y quizás un *iaito* (réplica de espada para *iaido*, que puede costar entre 200 y 1000 euros, pero esto es ya para un nivel muy avanzado y no es necesario para el Kendo).

También, para la higiene, desodorantes específicos para el *bogu* o bolsas de carbón activado pueden ayudar a mantenerlo fresco y libre de olores. ¡Créanme, el *bogu* puede coger un olor peculiar después de muchas horas de sudor!

La ropa interior deportiva transpirable también es un gran aliado para ir debajo del *keikogi* y el *bogu*.

Estrategias para ahorrar: Kendo sin desequilibrar tu cartera

A estas alturas, puede que estés pensando que el Kendo es una afición cara, y no te culpo. Si sumamos todos los costes, puede parecer una inversión importante, especialmente al principio.

Sin embargo, mi experiencia me ha enseñado que hay muchas maneras de hacer que el Kendo sea más accesible sin sacrificar la calidad de tu práctica. La clave está en la planificación y en saber dónde buscar.

No todo tiene que ser comprado nuevo y al precio más alto. De hecho, parte de la tradición en las artes marciales es heredar o reutilizar equipo, lo que no solo es ecológico sino también económico.

Cuando empecé, el presupuesto era ajustado, como el de muchos. Aprendí a buscar ofertas, a preguntar a los compañeros y, sobre todo, a ser paciente. No necesitas tener el *bogu* más brillante o el *shinai* más caro para aprender y progresar.

Lo que realmente importa es tu dedicación y la guía de tu *sensei*. No te avergüences de preguntar por opciones económicas o de segunda mano en tu dojo.

La comunidad del Kendo suele ser muy solidaria y siempre dispuesta a ayudar a los nuevos practicantes. Al final del día, el Kendo es una disciplina que valora la humildad y la perseverancia por encima de la ostentación.

Buscando gangas: Segunda mano y ofertas

Como mencioné antes, el mercado de segunda mano es tu mejor amigo, especialmente para el *bogu*. Grupos de Kendo en redes sociales, foros especializados o incluso la propia comunidad de tu *dojo* son excelentes lugares para encontrar equipo usado en buen estado.

También estate atento a las ventas de liquidación en tiendas especializadas. A veces, puedes encontrar *shinais* o uniformes de temporadas anteriores con grandes descuentos.

Yo he conseguido verdaderas joyas así, ¡y la sensación de encontrar una buena oferta es fantástica!

El dojo como recurso: Préstamos y consejos

Muchos *dojos* ofrecen *shinais* o incluso *bogu* de préstamo para los principiantes durante las primeras semanas o meses. Aprovecha esta oportunidad para probar y ver si el Kendo es realmente para ti antes de hacer una gran inversión.

Además, los *sensei* y *senpai* son una fuente invaluable de información sobre dónde comprar, qué marcas son buenas y cómo mantener tu equipo. No dudes en preguntarles, su experiencia te ahorrará tiempo y dinero.

Recuerdo que mi *sensei* me dio consejos cruciales sobre qué tipo de *shinai* comprar según mi altura y fuerza.

Artículo Costo estimado (EUR) Notas
Shinai (inicial) 30 – 60 Esencial para empezar, se puede pedir prestado al principio.
Keikogi y Hakama (set) 80 – 150 Uniforme básico, fundamental para la práctica.
Bogu (armadura completa) 300 – 800 Inversión más grande, considera segunda mano o alquiler.
Tenugui (toalla para casco) 5 – 15 Higiene y comodidad bajo el men.
Repuestos de Shinai (set) 10 – 20 Para mantenimiento, más económico que un nuevo shinai.
Cuota mensual de Dojo 30 – 80 Gasto recurrente, varía por ubicación y dojo.
Cuota anual de Federación 30 – 60 Para exámenes, campeonatos y seguro.
Bokken (opcional) 20 – 50 Para práctica de kata fuera del dojo.
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El valor real del Kendo: Una inversión que trasciende lo material

Después de desglosar todos los posibles gastos que implica iniciarse y mantenerse en el Kendo, es posible que el montante total parezca considerable. Sin embargo, y esto es algo que he aprendido y valorado profundamente a lo largo de mis años en esta disciplina, el Kendo es mucho más que una simple suma de equipos y cuotas.

Es una inversión, sí, pero no solo en objetos físicos, sino en ti mismo. Es una inversión en disciplina, en respeto, en autocontrol, en fortaleza mental y física.

Cuando miro mi viejo *bogu*, remendado aquí y allá, con las marcas de innumerables *keikos*, no veo un coste, veo un camino recorrido, incontables lecciones aprendidas y una comunidad de personas maravillosas que se han convertido en una segunda familia.

Veo las mañanas de domingo sacrificadas, el sudor, la fatiga, pero también la alegría de un buen golpe y la satisfacción de la superación personal. Es una experiencia que te forma el carácter, te enseña a manejar la presión, a concentrarte bajo estrés y a mantener la compostura.

¿Cuánto vale eso? Para mí, no tiene precio.

Crecimiento personal y desarrollo de carácter

El Kendo te enseña paciencia, perseverancia y humildad. Cada *keiko*, cada error, cada éxito contribuye a moldear tu carácter. Aprendes a levantarte después de caer, a aceptar la derrota con dignidad y a mejorar constantemente.

Estos valores trascienden el *dojo* y se aplican a todos los aspectos de tu vida. Es una inversión en una mejor versión de ti mismo. Yo mismo he notado cómo mi concentración ha mejorado y cómo gestiono mejor las situaciones estresantes, todo gracias a la disciplina que he adquirido en el Kendo.

Una comunidad de apoyo y compañerismo

Además de los beneficios personales, el Kendo te introduce en una comunidad global. He tenido el privilegio de conocer a gente increíble de todas las edades y profesiones a través del Kendo.

Los lazos que se forman en el *dojo* son únicos, basados en el respeto mutuo, el apoyo y la pasión compartida. Es una red de amistades y mentores que te acompañará y enriquecerá tu vida.

Esa camaradería, esas risas después de un entrenamiento intenso, esos consejos de los *senpai*, son un tesoro que no se compra con dinero.

Adaptando tu camino: Kendo para cada bolsillo

Sé que la idea de una inversión inicial puede ser un freno para muchos, y es una preocupación totalmente válida. Pero lo que he comprobado con el tiempo, y lo que me gustaría transmitirles con total sinceridad, es que el Kendo es una disciplina mucho más flexible de lo que parece en términos económicos.

No hay una única forma de iniciarse, ni un único camino para equiparse. Como en la vida misma, siempre hay opciones y alternativas que se adaptan a distintas realidades.

No dejes que la etiqueta del precio te desanime antes de haberlo explorado a fondo. He visto a personas comenzar con lo mínimo indispensable y, a medida que su pasión crecía y sus posibilidades lo permitían, ir completando su equipo.

Lo importante es dar el primer paso y mantener la constancia. La verdadera riqueza en el Kendo no se mide por la cantidad de dinero que inviertes, sino por la dedicación y el espíritu que pones en cada entrenamiento.

Empezar sin grandes desembolsos

Puedes empezar en muchos dojos con una vestimenta deportiva básica y, en algunos casos, con un *shinai* prestado. Esto te permite tener una primera toma de contacto real con el Kendo sin gastar un euro.

Una vez que sientas esa chispa, podrás decidir con más seguridad si quieres seguir adelante. Esta etapa de “prueba” es fundamental y, sinceramente, la recomiendo a todo el mundo.

No hay prisa para adquirir el *bogu*; concéntrate en los fundamentos, en la etiqueta, en los movimientos básicos. Cuando tu *sensei* te diga que es el momento de ponerte el *bogu*, sabrás que estás listo para esa inversión.

Planificación y compras inteligentes

Una vez que decidas invertir, planifica tus compras. No tienes que comprar todo de golpe. Puedes empezar con el *shinai* y el uniforme, y luego, cuando estés listo para empezar a practicar con protección, buscar el *bogu*.

Considera las opciones de segunda mano o los paquetes para principiantes que ofrecen muchas tiendas. Pregunta si tu dojo tiene algún convenio o descuento con proveedores.

Ser un comprador informado y paciente te ahorrará mucho dinero a largo plazo. Es como una estrategia de *keiko*: piensas antes de actuar.

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Para cerrar este capítulo

¡Uf, qué viaje hemos hecho hoy a través del fascinante y, a veces, un poco intimidante mundo de los costes del Kendo! Espero de corazón que esta guía, forjada con mis propias vivencias y las de muchos compañeros en el dojo, les haya despejado el camino y les haya quitado esos pequeños nudos en el estómago que a veces nos impiden dar el primer paso. Entiendo perfectamente que al principio el desembolso pueda parecer una montaña, pero créanme, con un poco de astucia y paciencia, es mucho más manejable de lo que parece. Lo crucial es no perder de vista que el Kendo es mucho más que un gasto; es una pasión, una filosofía de vida que nos moldea y nos hace crecer. Es una inversión en nuestra disciplina, en nuestra mente, en nuestra forma física y, no menos importante, en una comunidad que te acoge. Así que, si esa llamada del espíritu samurái resuena en ustedes, no dejen que la calculadora sea un muro insuperable. ¡Atrévanse a dar el primer golpe en el tatami, y verán cómo el universo del Kendo se abre ante ustedes!

Información útil que deberías saber

Aquí les dejo algunos consejos de oro que, de verdad, me hubiera encantado conocer desde el día uno. ¡Les aseguro que les ahorrarán más de un dolor de cabeza y algún que otro euro, fruto de la experiencia!

1. Empieza por lo esencial. No te apresures a comprar todo el equipo el primer día. Muchos dojos ofrecen shinai de préstamo para los principiantes, y para empezar, una vestimenta deportiva cómoda es suficiente. Tómate tu tiempo para sentir el Kendo, para ver si realmente te apasiona, antes de hacer una inversión significativa en equipo completo. La conexión con la disciplina es lo primero.

2. El mercado de segunda mano es tu aliado. Especialmente para el bogu, la armadura, buscar opciones de segunda mano puede ser un acierto. Yo mismo encontré mi primer bogu en excelente estado y me acompañó durante años. Grupos de Kendo en redes sociales, foros especializados o incluso preguntando directamente en tu dojo, son excelentes lugares para encontrar equipo de calidad a precios mucho más accesibles. ¡Es una forma inteligente y sostenible de equiparse!

3. Aprovecha la sabiduría de tu dojo. Tu sensei y tus senpai (compañeros más avanzados) son una fuente inagotable de información. No dudes en preguntarles dónde comprar, qué marcas recomiendan o si conocen a alguien que esté vendiendo equipo. A menudo, los dojos tienen acuerdos con proveedores o programas de préstamo que pueden ser muy útiles para tu bolsillo. La comunidad del Kendo es muy generosa y siempre dispuesta a echar una mano.

4. No olvides las cuotas recurrentes. Además del equipo, es crucial presupuestar las cuotas mensuales del dojo y la cuota anual de la federación. Estas son esenciales para mantener tu entrenamiento continuo, para tener un seguro deportivo y para poder participar en exámenes de grado y eventos oficiales. Son gastos fijos que forman parte integral de tu camino en el Kendo.

5. El mantenimiento es tu mejor amigo. Cuidar tu shinai, tu uniforme y, por supuesto, tu bogu, no solo prolongará su vida útil, sino que también te ahorrará dinero a largo plazo. Aprende a lijar las astillas de tu shinai, a doblar correctamente tu hakama y a limpiar y ventilar tu bogu. Un buen mantenimiento previene el desgaste prematuro y la necesidad de reemplazar el equipo con frecuencia, lo que se traduce directamente en ahorro.

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Puntos clave a recordar

En síntesis, embarcarse en el Kendo es una experiencia transformadora que, si bien conlleva ciertos gastos, es completamente adaptable a tu presupuesto con una estrategia de planificación inteligente y decisiones bien pensadas. Lo fundamental es no permitir que la magnitud inicial de la inversión te desanime y recordar siempre que la verdadera esencia del Kendo reside en la pasión y la disciplina, que son los motores de tu progreso. Mi consejo personal es que siempre comiences con lo básico, explora a fondo las opciones de segunda mano que ofrece nuestra comunidad y no subestimes el valor de la sabiduría y el apoyo que encontrarás en tu dojo. Ten presente que las cuotas recurrentes son un pilar fundamental para mantenerte activo y progresar. Al final del día, la riqueza en el Kendo no se mide por el lustre de tu armadura, sino por la profunda dedicación que imprimes en cada entrenamiento y el invaluable crecimiento personal que obtienes. El Kendo es, sin duda, una de las mejores inversiones que puedes hacer en ti mismo, una que trasciende cualquier valor material y enriquece tu vida de formas incalculables.

Preguntas Frecuentes (FAQ) 📖

P: ¿Cuánto cuesta realmente empezar en Kendo? ¿Es una inversión muy grande al principio?

R: ¡Ay, esta es la pregunta del millón! Créanme, es la primera que yo me hice. Cuando uno piensa en Kendo, lo primero que viene a la mente es esa armadura imponente, ¿verdad?
Y claro, eso asusta un poco al bolsillo. Pero, ¡tranquilos! La verdad es que empezar no es tan costoso como parece.
Al principio, lo indispensable es un buen shinai (la espada de bambú), que puede rondar entre los 30 y 60 euros, dependiendo de la calidad. Luego, necesitarás un keikogi (la chaqueta) y un hakama (los pantalones), que juntos pueden costar entre 80 y 150 euros.
Mi consejo personal, por experiencia, es no irse a lo más caro al principio. Hay muchísimas opciones de buena calidad a precios razonables. Es una inversión, sí, pero piensa en ello como el primer paso hacia una disciplina que te aportará muchísimo más valor de lo que pagas.
Yo recuerdo mi primer shinai con cariño; no era el más sofisticado, pero me sirvió para dar mis primeros golpes y sentir la esencia del Kendo.

P: ¿Hay que comprar todo el equipo de golpe? ¿O se puede ir poco a poco?

R: ¡Excelente pregunta! Y la respuesta es un rotundo NO, no tienes que comprarlo todo de golpe. De hecho, te animo a que no lo hagas.
La mayoría de los dojos entienden perfectamente que no todos podemos invertir en la armadura (el bogu) desde el día uno. Lo habitual es empezar con el shinai, el keikogi y el hakama.
Con eso, ya puedes participar en los entrenamientos básicos, aprender la etiqueta, las posturas y los movimientos fundamentales. Muchos dojos incluso tienen shinais de préstamo para las primeras clases, así que puedes probar antes de comprar el tuyo.
El bogu, que es la parte más costosa (puede ir desde 300 hasta más de 1000 euros), suele adquirirse meses después, cuando ya estás seguro de que el Kendo es lo tuyo y el sensei te indica que es el momento de empezar a practicar con protección completa.
Yo esperé unos cuantos meses, y esa espera me permitió ahorrar y, lo más importante, confirmar mi pasión por esta arte marcial. ¡No hay prisa en este camino!

P: Además del equipo inicial, ¿hay otros gastos que deba considerar a lo largo del tiempo?

R: ¡Claro que sí! Es importante ser realistas y considerar que, como en cualquier afición o deporte, el Kendo tiene algunos gastos recurrentes, pero nada que no podamos manejar con una buena planificación.
El gasto principal será la cuota mensual de tu dojo, que puede variar bastante según la ciudad y la reputación del lugar, pero suele estar entre los 30 y 70 euros al mes.
Luego, los shinais, al ser de bambú, se desgastan y hay que reemplazarlos periódicamente, quizá cada pocos meses, dependiendo de la intensidad de tu práctica; cada uno te costará lo mismo que el primero.
También tendrás que comprar piezas pequeñas como las tsubas (guardamanos) o los cordones (tsurugata), que son económicos pero se suman. Si te enganchas, como me pasó a mí, quizás quieras asistir a seminarios o talleres especiales que tienen un coste adicional, o incluso viajar para competir.
Pero no te preocupes, estos son gastos a futuro, y créeme, cada euro invertido en esta disciplina vale la pena por el crecimiento personal, la disciplina y la comunidad maravillosa que encontrarás.
¡Es una inversión en ti mismo!