Desbloquea tu Máximo Potencial en Kendo El Calentamiento que Nadie Te Enseña

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A professional adult Kendoka in a traditional blue kendogi and hakama, fully clothed, performing dynamic warm-up exercises in a spacious, well-lit kendo dojo. The athlete is doing wide arm swings and gentle torso twists, demonstrating fluidity and control. The background shows wooden flooring and a minimalist dojo setting. The focus is on perfect anatomy, correct proportions, well-formed hands, proper finger count, and natural body proportions. The image should convey a sense of disciplined preparation and energy. Safe for work, appropriate content, modest clothing, family-friendly, professional photography, high quality.

La adrenalina fluye, el dojo resuena con el sonido de los shinai y el aire se carga de expectativas. Esa sensación justo antes de un campeonato de kendo, ¿verdad?

Es una mezcla electrizante de nervios y pura emoción. Recuerdo perfectamente la vez que, por prisas, subí al tatami sin haber calentado bien; el dolor en el hombro me persiguió días después y mi rendimiento no fue ni la mitad de lo que podía haber sido.

Desde entonces, mi perspectiva sobre la preparación ha cambiado radicalmente. Los expertos hoy día lo tienen clarísimo: no se trata solo de evitar lesiones, sino de potenciar cada corte, cada golpe, cada movimiento con precisión milimétrica.

La ciencia del deporte, impulsada por constantes investigaciones y análisis de datos, nos muestra que un calentamiento específico y bien estructurado no es un lujo, sino una inversión crucial en nuestro cuerpo y en nuestro futuro en el kendo.

Más allá de los estiramientos estáticos tradicionales, las tendencias actuales nos invitan a incorporar movimientos dinámicos que imitan la acción real del combate, preparando nuestros músculos y nuestra mente de una forma mucho más profunda y efectiva.

Es el pilar invisible que puede marcar la diferencia entre una jornada memorable y una de frustraciones. Por eso, entender a fondo cómo preparar tu cuerpo y mente es fundamental.

¡Te lo cuento con todo lujo de detalles a continuación!

La adrenalina fluye, el dojo resuena con el sonido de los shinai y el aire se carga de expectativas. Esa sensación justo antes de un campeonato de kendo, ¿verdad?

Es una mezcla electrizante de nervios y pura emoción. Recuerdo perfectamente la vez que, por prisas, subí al tatami sin haber calentado bien; el dolor en el hombro me persiguió días después y mi rendimiento no fue ni la mitad de lo que podía haber sido.

Desde entonces, mi perspectiva sobre la preparación ha cambiado radicalmente. Los expertos hoy día lo tienen clarísimo: no se trata solo de evitar lesiones, sino de potenciar cada corte, cada golpe, cada movimiento con precisión milimétrica.

La ciencia del deporte, impulsada por constantes investigaciones y análisis de datos, nos muestra que un calentamiento específico y bien estructurado no es un lujo, sino una inversión crucial en nuestro cuerpo y en nuestro futuro en el kendo.

Más allá de los estiramientos estáticos tradicionales, las tendencias actuales nos invitan a incorporar movimientos dinámicos que imitan la acción real del combate, preparando nuestros músculos y nuestra mente de una forma mucho más profunda y efectiva.

Es el pilar invisible que puede marcar la diferencia entre una jornada memorable y una de frustraciones. Por eso, entender a fondo cómo preparar tu cuerpo y mente es fundamental.

¡Te lo cuento con todo lujo de detalles a continuación!

Más Allá del Sudor: La Ciencia de la Activación Muscular

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Cuando hablamos de calentar, mucha gente piensa en unos cuantos estiramientos rápidos y quizás un poco de trote ligero. Pero, déjame decirte, eso es quedarse en la superficie.

En el kendo, donde cada milisegundo y cada centímetro cuentan, la activación muscular pre-combate es una ciencia en sí misma. Lo que buscamos no es solo elevar la temperatura corporal, sino despertar cada fibra muscular, cada tendón, cada ligamento, preparándolos para la explosividad y la resistencia que demandará el combate.

Se trata de incrementar el flujo sanguíneo, que a su vez lleva más oxígeno y nutrientes a los músculos, optimizando su rendimiento y su capacidad para recuperarse rápidamente entre un ataque y otro.

Personalmente, he notado una diferencia abismal en mi *suburi* y en mis *uchikomi* cuando mi cuerpo está verdaderamente “despierto” gracias a un calentamiento concienzudo.

Es como si el *shinai* se sintiera más ligero y mis movimientos, más fluidos y potentes. No solo mejora tu físico, sino que psicológicamente te sientes más preparado, más seguro de cada movimiento que vas a ejecutar, lo que reduce la probabilidad de cometer errores bajo presión.

1. El Papel Vital de la Temperatura Central

Elevar la temperatura interna del cuerpo es el primer paso y uno de los más críticos en un calentamiento efectivo para el kendo. Cuando nuestros músculos están fríos, son menos elásticos, más propensos a desgarros y su capacidad de contracción es subóptima.

Un incremento de 1 o 2 grados Celsius en la temperatura corporal central puede mejorar significativamente la velocidad de las reacciones bioquímicas dentro de las células musculares, lo que se traduce directamente en una mayor rapidez y potencia en nuestros movimientos.

Esto no solo se refiere a la velocidad del *men-uchi* o del *kote-uchi*, sino también a la agilidad para evadir un ataque o para reposicionarse en el *maai*.

Recuerdo en mis inicios cómo mis músculos se sentían “rígidos” al principio de un entrenamiento si no calentaba bien, y cómo ese mismo *men* tardaba una eternidad en salir.

Con el tiempo, he aprendido que dedicarle tiempo a este proceso es una inversión en cada *ippon*.

2. Potenciando la Conducción Nerviosa y la Viscosidad Muscular

Un calentamiento adecuado no solo afecta los músculos, sino también el sistema nervioso. La velocidad a la que los impulsos nerviosos viajan desde el cerebro hasta los músculos aumenta con la temperatura.

Esto significa que tu tiempo de reacción mejora drásticamente, permitiéndote anticipar y responder a los movimientos de tu oponente con mayor eficacia.

Además, la viscosidad, o la “resistencia interna”, de los músculos disminuye con el aumento de la temperatura. Imagina un sirope frío versus uno caliente: el caliente fluye mucho más rápido.

Lo mismo ocurre con tus músculos. Cuando están “calientes”, se mueven con menos resistencia interna, lo que permite una mayor fluidez, amplitud de movimiento y una ejecución más eficiente de las técnicas de kendo.

Es esa sensación de ligereza y agilidad que te permite encadenar movimientos sin esfuerzo aparente.

Activación Dinámica: El Secreto de la Explosividad y la Prevención

Olvídate de los estiramientos estáticos antes de un combate intenso, ¡esos déjalos para el final! La verdadera magia para un kendoka ocurre con la activación dinámica.

Esto implica movimientos controlados que imitan las acciones que realizarás en el tatami, pero sin la intensidad del combate real. Al hacer esto, no solo estás preparando tus músculos para el esfuerzo, sino que también estás lubricando tus articulaciones, aumentando el rango de movimiento y activando los patrones neuromusculares específicos que usarás para tus *uchikomi* y *kiai*.

Personalmente, he notado que los calentamientos dinámicos me hacen sentir mucho más “conectado” con mi cuerpo y con mi *shinai* antes de un *shiai*. Mis *kirikaeshi* se sienten más fluidos, mis *suburi* más potentes, y la transición entre un movimiento y otro es mucho más suave.

Es el momento en el que tu cuerpo comienza a recordar y a practicar lo que va a hacer.

1. Ejercicios Fundamentales para el Kendoka

Para un calentamiento dinámico efectivo en kendo, nos centraremos en movimientos que preparen los hombros, la espalda, las caderas y las piernas, que son los pilares de nuestra postura y movimiento.

Incluye ejercicios como balanceos de brazos amplios hacia adelante y hacia atrás, giros suaves del torso para activar la columna, zancadas dinámicas con rotación del tronco, y levantamiento de rodillas y talones al glúteo para activar la parte inferior del cuerpo.

No olvides movimientos específicos del *shinai* sin oponente, como *suburi* lentos y controlados, y *kirikaeshi* a baja intensidad para empezar a sincronizar el cuerpo y la mente.

La clave es la progresión: empezar lento y aumentar gradualmente la amplitud y velocidad del movimiento. La primera vez que incorporé estos ejercicios, sentí una soltura en mis hombros que nunca antes había experimentado, lo que me permitió un *men* mucho más limpio.

2. La Progresión en tu Rutina Dinámica

Una rutina de calentamiento dinámico debe ser una progresión lógica. No empieces con movimientos explosivos. Comienza con movilidad articular general, luego pasa a movimientos que incrementen gradualmente la frecuencia cardíaca y la temperatura muscular, y finalmente incorpora ejercicios que sean específicos del kendo.

Por ejemplo, podrías iniciar con círculos de tobillos y muñecas, pasar a saltos suaves, luego a zancadas con giro y, por último, a series de *suburi* a media velocidad y algunos *ashi-sabaki* básicos.

Esta progresión escalonada no solo prepara tu cuerpo de manera segura, sino que también te ayuda a entrar en un estado mental de concentración y preparación para el combate.

Es como un ritual personal que me ayuda a enfocarme totalmente antes de pisar el *shiaijo*.

Movilidad Articular: La Flexibilidad que Salva tu Carrera

La movilidad articular es un componente crítico, pero a menudo subestimado, del calentamiento en kendo. No se trata solo de ser “flexible”, sino de asegurar que tus articulaciones puedan moverse libremente a través de su rango completo de movimiento sin restricciones.

Esto es crucial para ejecutar técnicas complejas como un *men* potente y extendido, un *kote* preciso o un *do* que requiera una torsión corporal significativa.

Una articulación con movilidad limitada no solo reduce la eficacia de tu técnica, sino que también aumenta drásticamente el riesgo de lesiones, desde esguinces leves hasta desgarros más serios.

Piensa en el estrés que sufren tus rodillas con cada *fumikomi*, o tus hombros con cada *swing* del *shinai*. Una buena movilidad permite que estas articulaciones absorban y distribuyan la fuerza de manera más eficiente, protegiéndote a largo plazo.

1. Enfoque en Articulaciones Clave del Kendoka

Para el kendo, las articulaciones de los hombros, codos, muñecas, caderas, rodillas y tobillos son de suma importancia. Dedica tiempo a movilizar cada una de ellas.

Por ejemplo, para los hombros, realiza rotaciones amplias hacia adelante y hacia atrás; para las caderas, haz círculos con las piernas o movimientos de “apertura de puerta”.

No te olvides de la columna vertebral, con rotaciones y flexiones suaves. Estos ejercicios de movilidad no solo preparan tus articulaciones para el impacto y la torsión, sino que también mejoran tu postura general, que es fundamental en kendo.

Una vez, en un seminario, un Sensei nos explicó cómo la flexibilidad de la muñeca impactaba directamente la capacidad de un *kote* perfecto. Fue entonces cuando realmente entendí la profundidad de este aspecto.

2. Cómo Mantener y Mejorar tu Rango de Movimiento

Mantener un buen rango de movimiento no es solo una cuestión de calentamiento pre-combate; es un compromiso diario. Incorpora ejercicios de movilidad en tu rutina general de entrenamiento, incluso en los días de descanso.

El yoga o el pilates pueden ser excelentes complementos para mejorar la flexibilidad y la estabilidad. Además, los estiramientos estáticos, esos que descartamos para el calentamiento, sí tienen su lugar al final del entrenamiento o en un día aparte para mejorar tu flexibilidad a largo plazo.

Recuerda que cada cuerpo es diferente y lo que funciona para uno puede no ser ideal para otro. Escucha a tu cuerpo y adapta los ejercicios a tus necesidades específicas.

La consistencia es la clave para ver mejoras duraderas.

El Combustible del Guerrero: Nutrición e Hidratación Pre-Combate

No importa lo bien que caliente tu cuerpo si no lo has alimentado correctamente. La nutrición y la hidratación son los pilares invisibles que sostienen tu rendimiento en el tatami, especialmente en un campeonato donde la exigencia física y mental es máxima.

He visto a muchos kendokas, y me incluyo en mis inicios, subestimar esto y pagar las consecuencias con fatiga prematura, calambres o una mente nublada.

Tu cuerpo necesita glucógeno, la forma almacenada de carbohidratos, para tener energía sostenida, y electrolitos para que tus músculos funcionen correctamente y evitar la deshidratación, que es el enemigo silencioso del rendimiento.

Es como intentar conducir un coche de carreras con el depósito casi vacío o con gasolina de mala calidad: no importa lo bueno que sea el motor, no rendirá al máximo.

1. Estrategias Nutricionales Inteligentes

En los días previos a un campeonato, asegúrate de consumir suficientes carbohidratos complejos como arroz, pasta integral, patatas o avena. Estos llenarán tus reservas de glucógeno.

Evita alimentos muy grasos o con exceso de fibra justo antes del evento, ya que pueden causar molestias estomacales. Una comida ligera rica en carbohidratos y proteínas magras, unas 2-3 horas antes de calentar, es ideal.

Personalmente, me funciona muy bien una tostada con aguacate y pavo, o un tazón de avena con fruta. Es un equilibrio entre energía y fácil digestión. Para las recargas rápidas, las frutas como el plátano o las barritas de cereales son tus mejores aliados entre combates si el formato del torneo lo permite.

2. La Hidratación Constante: Más Allá de la Sed

La hidratación no es solo beber agua cuando tienes sed. Es un proceso continuo que empieza días antes del evento. La deshidratación, incluso leve, puede impactar negativamente tu concentración, tiempo de reacción, resistencia y termorregulación.

Empieza a beber agua de forma constante y en pequeñas cantidades a lo largo del día. Durante el calentamiento y entre los combates, opta por bebidas isotónicas que repongan los electrolitos perdidos a través del sudor, especialmente si el ambiente es caluroso o si sudas mucho.

Recuerdo un torneo en Sevilla, en pleno verano, donde el calor era asfixiante; la diferencia entre los que se hidrataban con conciencia y los que no era palpable en la última ronda.

Guía Rápida de Preparación Pre-Combate en Kendo
Aspecto Qué Hacer Beneficio Clave
Calentamiento Dinámico 5-10 minutos de movimientos que imitan el kendo (ej. balanceos de brazos, zancadas con giro, suburi lentos). Aumento de temperatura muscular, mejora de la coordinación, reducción de riesgo de lesiones.
Movilidad Articular 5 minutos de ejercicios para hombros, caderas, rodillas, tobillos (ej. rotaciones, círculos). Mayor rango de movimiento, prevención de lesiones articulares, mejora en la ejecución técnica.
Activación Específica 5-10 minutos de suburi a media velocidad, kirikaeshi ligeros, ashi-sabaki. Activación neuromuscular específica del kendo, mejora de la velocidad de reacción.
Hidratación Beber agua o isotónicas en pequeñas cantidades antes y durante el calentamiento. Prevención de deshidratación, mantenimiento de electrolitos, óptima función muscular.
Nutrición Comida ligera y rica en carbohidratos 2-3 horas antes. Pequeños snacks energéticos entre combates. Energía sostenida, prevención de fatiga, óptimo rendimiento mental y físico.

Preparación Mental: Enfocando el Espíritu de Combate (Ki-Ken-Tai Ichi)

El kendo es mucho más que habilidad física; es una disciplina que exige una formidable fortaleza mental. Puedes tener la técnica perfecta, pero si tu mente no está en sintonía, tu *kiai* carecerá de fuerza, tu *maai* será inseguro y tu *seme* débil.

La preparación mental antes de un campeonato es tan crucial como la física. Es el momento de silenciar el ruido exterior, de calmar los nervios y de visualizar la victoria, no como una fantasía, sino como el resultado natural de tu esfuerzo y tu preparación.

Recuerdo una vez que un Sensei me dijo: “Tu mente es la punta de tu *shinai*”. Esa frase me cambió la perspectiva. Me di cuenta de que si mi mente vacilaba, también lo haría mi técnica.

1. Visualización y Respiración: Herramientas del Samurai Moderno

Antes de subir al *shiaijo*, dedica unos minutos a la visualización. Cierra los ojos y repasa mentalmente tus mejores técnicas: un *men* devastador, un *kote* preciso, una defensa sólida.

Siente la armadura, el *shinai* en tus manos, el sonido del *fumikomi*. Esto no es solo un ejercicio de fantasía; es una forma de programar tu cerebro para el éxito y de reforzar la confianza en tus habilidades.

Combina esto con ejercicios de respiración profunda. La respiración diafragmática lenta y controlada calma el sistema nervioso, reduce la ansiedad y mejora la concentración.

Inhala profundamente por la nariz, siente cómo tu abdomen se expande, y exhala lentamente por la boca. Esto te anclará en el presente y te ayudará a canalizar la adrenalina de forma positiva.

2. Estableciendo Rituales Pre-Combate Personales

Los rituales pre-combate no son supersticiones; son herramientas psicológicas poderosas. Pueden ser tan simples como ponerte tu *bogu* de una manera específica, atar tu *tenugui* con un nudo particular, o escuchar una canción que te motive.

Para mí, el momento de atarme los *himo* de mi *men* es sagrado. Es cuando me concentro, respiro y me digo a mí mismo que estoy listo. Estos rituales crean una sensación de control en un entorno que a menudo es impredecible, te ayudan a entrar en un estado de “fluidez” y te recuerdan todo el arduo trabajo que has invertido.

Descubre qué funciona para ti y hazlo tuyo; es tu armadura invisible.

Errores Comunes a Evitar: Lecciones Aprendidas en el Dojo y Fuera de Él

Después de años en el dojo, compitiendo y observando a otros, he notado ciertos patrones en los errores que cometemos, especialmente en la preparación.

No se trata solo de errores técnicos, sino de fallos en la planificación y en la comprensión de lo que realmente significa preparar el cuerpo y la mente para el kendo.

Caer en estas trampas puede sabotear incluso el talento más prometedor. Recuerdo un campeonato en el que vi a un *senpai* talentosísimo subirse al tatami prácticamente en ayunas por los nervios; su rendimiento se desvaneció a mitad del día, no por falta de habilidad, sino por una mala planificación.

Estos errores no son fallos de carácter, sino de conocimiento y experiencia, y podemos aprender de ellos.

1. La Sobrecarga y el Estrés Pre-Competitivo

Uno de los errores más comunes es la sobrecarga, tanto física como mental. Algunos kendokas sienten la necesidad de entrenar más duro de lo habitual en los días previos a un campeonato, creyendo que así estarán más preparados.

Sin embargo, esto a menudo lleva al agotamiento, a la fatiga muscular y aumenta el riesgo de lesiones. El objetivo en los días previos debe ser la recuperación y el mantenimiento, no el entrenamiento de alta intensidad.

De manera similar, el estrés excesivo por la competencia puede ser paralizante. Obsesionarse con el resultado o con cada posible oponente solo drena tu energía mental.

Aprende a confiar en tu preparación y a aceptar la incertidumbre del combate. La noche antes de un gran *shiai*, siempre intento relajarme con algo que no sea kendo, como leer o escuchar música, para desconectar y evitar el agotamiento mental.

2. Subestimar la Recuperación Post-Calentamiento

Otro error es considerar que el calentamiento termina justo antes de que empiece el combate. La transición del calentamiento activo a la intensidad del *shiai* también es crucial.

Después de calentar, no te sientes durante mucho tiempo o te enfríes. Mantén tu cuerpo activo con movimientos suaves, respiración profunda y concentración.

Si hay un largo espacio entre el calentamiento y tu combate, busca maneras de mantener tus músculos calientes y tu mente enfocada, quizás con algunas *suburi* en el pasillo o estiramientos ligeros.

También, después de cada combate, una recuperación activa breve, como caminar un poco y beber agua, puede ser tan importante como el calentamiento inicial para mantener tu rendimiento a lo largo del día.

He visto la diferencia que hace en la recuperación entre *shiai* cuando me tomo el tiempo para rehidratarme y estirar un poco.

Rutina Post-Calentamiento: Transición Suave Hacia el Combate

Hemos hablado mucho de cómo preparar el cuerpo para el combate, pero el instante posterior al calentamiento, justo antes de subir al *shiaijo*, es igualmente vital.

Es el puente entre la activación y la acción. Un buen calentamiento te deja “listo”, pero si no mantienes ese estado o te distraes, gran parte del esfuerzo puede desperdiciarse.

He notado que muchos *kendoka* cometen el error de calentar a tope y luego sentarse a esperar su turno, enfriándose y perdiendo esa chispa que tanto esfuerzo les costó encender.

La clave es una transición fluida, mantener el cuerpo activo y la mente enfocada, asegurando que cada fibra de tu ser esté lista para el *ippon* en el momento preciso.

1. Manteniendo la Temperatura y la Activación

Después de tu rutina de calentamiento principal, no te quedes quieto. Mantén tu cuerpo en movimiento con alguna actividad ligera. Esto puede ser caminar suavemente por el pasillo, realizar algunos estiramientos dinámicos muy suaves, o incluso hacer unos pocos *suburi* controlados en un espacio disponible si no molestas a nadie.

La idea es evitar que tus músculos se enfríen y que la sangre deje de fluir activamente. Si la espera es larga, considera realizar mini-activaciones cada 10-15 minutos: un par de balanceos de brazos, unas sentadillas ligeras, o rotaciones de tronco.

Esto te ayudará a mantener la agilidad y la explosividad sin fatigarte.

2. El Último Enfoque Mental Antes de la Acción

Los últimos minutos antes de tu combate son críticos para tu estado mental. Este no es el momento para las distracciones. Evita charlas superficiales o revisar el móvil.

En su lugar, utiliza este tiempo para una última visualización rápida de tus objetivos, para reafirmar tu estrategia, o simplemente para centrarte en tu respiración.

Muchos kendokas eligen un lugar tranquilo, incluso unos metros apartado del bullicio, para calzarse el *men* y hacer sus últimos ajustes mentales. Para mí, es el momento de recordar mi *kamae* ideal, sentir el peso del *shinai* y visualizar mi primer ataque.

Es el momento de conectar con tu *ki*, tu energía interna, y prepararte para liberarla en el *shiaijo*.

Reflexiones Finales

En el Kendo, cada movimiento es una declaración de intención, y cada *ippon*, la culminación de un esfuerzo integral. La preparación, ya sea física o mental, no es un mero trámite, sino la base sobre la que construyes tu arte y tu seguridad en el tatami.

Recuerda que invertir en tu cuerpo y en tu mente es la mejor estrategia para desplegar tu máximo potencial y, sobre todo, para disfrutar plenamente de este apasionante camino del sable.

Así, el espíritu del Ki-Ken-Tai Ichi no solo se manifestará en el combate, sino en cada paso de tu viaje como kendoka.

Información Útil a Tener en Cuenta

1. Personaliza tu calentamiento: Cada cuerpo es un mundo. Adapta la rutina a tus propias sensaciones, nivel de energía y necesidades específicas antes de cada sesión o competición.

2. Escucha a tu cuerpo siempre: El dolor es tu sistema de alarma. Si sientes molestias, no fuerces. Prioriza la prevención de lesiones y la recuperación. Un día de descanso a tiempo puede salvarte de semanas de inactividad.

3. El descanso es parte del entrenamiento: La recuperación es tan vital como el ejercicio. Asegura un sueño de calidad y días de descanso activos o pasivos para permitir que tus músculos se reparen y fortalezcan.

4. La hidratación es constante, no puntual: Beber agua no es solo para cuando tienes sed. Mantente hidratado a lo largo de todo el día, todos los días, para optimizar todas las funciones corporales y mentales.

5. Busca siempre la guía de tu Sensei: Tu instructor no solo te enseña técnicas; es tu mentor. Consulta con él sobre tus rutinas de calentamiento, entrenamiento y preparación mental para obtener consejos personalizados.

Puntos Clave a Recordar

En resumen, la preparación para el kendo es un arte que combina ciencia y espíritu. Un calentamiento dinámico y específico, una nutrición e hidratación conscientes, y una sólida preparación mental son los pilares de un rendimiento óptimo y la clave para disfrutar plenamente de cada combate. Aborda cada entrenamiento y competencia con un enfoque integral para asegurar tu éxito y longevidad en el camino del sable.

Preguntas Frecuentes (FAQ) 📖

P: Mencionas que el calentamiento dinámico es clave. ¿Podrías darme ejemplos concretos de esos movimientos dinámicos que imitan la acción real del combate en kendo?

R: ¡Claro que sí! Mira, la clave es preparar el cuerpo para lo que va a hacer, no solo estirar a lo tonto. Olvídate de los estiramientos estáticos de aguantar 30 segundos, al menos al principio.
Yo empiezo con movimientos amplios y controlados. Por ejemplo, rotaciones de hombros hacia adelante y hacia atrás, como si estuvieras dibujando círculos grandes, luego giros de tronco suavemente de lado a lado, simulando la rotación para un ‘kote’ o un ‘do’.
Para las piernas, hago zancadas con torsión, abriendo bien la cadera, o el famoso “inchworm” para estirar toda la cadena posterior mientras activo el core.
Incluso, a veces, hago “shadow kendo”, es decir, movimientos de ataque y defensa con el shinai, pero de forma lenta y controlada, sin fuerza ni impacto.
Así, mis músculos y articulaciones entienden lo que se viene. Es como decirle a tu cuerpo: “¡Oye, prepárate que vamos a bailar kendo!”. La primera vez que lo hice, sentí una soltura increíble, como si mis movimientos fluyeran solos.

P: Hablas de preparar tanto el cuerpo como la mente. ¿Qué tipo de técnicas o enfoques utilizas para esa preparación mental crucial justo antes de un campeonato o un entrenamiento intenso?

R: Uf, la mente… para mí es la mitad de la batalla, ¡o más! Es una locura cómo los nervios te pueden jugar una mala pasada y hacer que un ‘men’ perfecto se convierta en un desastre.
Lo primero que hago es una especie de ritual: respiro. Parece una tontería, pero unas cuantas respiraciones profundas, lentas, te anclan al momento presente.
Inhalo contando hasta cuatro, retengo un momento, exhalo contando hasta seis. Esto me ayuda a calmar el torbellino de pensamientos. Luego, cierro los ojos un segundo e intento visualizar un ‘men’ perfecto, un ‘kote’ limpio, un ‘fumi-komi’ potente.
No visualizo el resultado del combate, sino la ejecución perfecta de la técnica. Esto lo aprendí de un sensei mayor que siempre decía: “No pienses en ganar, piensa en hacer bien lo que sabes”.
Y funciona. Cuando visualizo, siento una calma extraña, como si ya hubiera pasado por ahí y mi cuerpo supiera exactamente qué hacer. Me da una confianza enorme.

P: Si el calentamiento es una “inversión crucial” en nuestro cuerpo y futuro en el kendo, ¿qué tipo de beneficios a largo plazo, más allá de simplemente evitar una lesión inmediata, puedo esperar al adoptar una rutina de calentamiento consistente?

R: ¡Mira, esta es la pregunta del millón! Aquella vez que subí al tatami sin calentar bien y me lesioné el hombro, no fue solo el dolor que me persiguió por días, que ya era bastante.
Lo peor fue la frustración, la sensación de no poder dar mi 100%, de haber tirado por la borda parte de mi esfuerzo. A largo plazo, un buen calentamiento es como cimentar una casa: te da durabilidad y solidez.
Si cuidas tus articulaciones, tus músculos y tu flexibilidad desde el principio, vas a tener menos lesiones crónicas, menos “achaques” que te saquen del dojo o te limiten.
Eso significa más tiempo entrenando, más progresos constantes, y sobre todo, más disfrute. Conozco a gente que, por no haber cuidado su cuerpo desde jóvenes, hoy tienen problemas de rodilla, de espalda o de hombros que les impiden entrenar al nivel que quisieran, o incluso tener que dejarlo.
Para mí, invertir en un buen calentamiento es invertir en la libertad de poder seguir aprendiendo, seguir mejorando y seguir disfrutando de cada ‘men’ y cada ‘kote’ sin que el cuerpo me pase factura.
Es un seguro de vida para tu carrera en el kendo, ¡te lo aseguro!